La historia de Mar de Obsidiana comienza a partir del proyecto de investigación de la zona arqueológica de Teotihuacán impulsado por el presidente Porfirio Diaz, para celebrar el centenario de la guerra de independencia en 1905.

Así, un grupo de arqueólogos y especialistas, dirigidos por Manuel Gamio, se dan a la tarea de hacer un estudio antropológico en la región del Valle de Teotihuacán. En esa época, los pobladores del Valle de Teotihuacán se dedicaban principalmente a las actividades al rededor de la agricultura; a lo que Manuel Gamio los invitó a aprovechar las ventajas de vivir cerca de una zona arqueológica aprendiendo técnicas para la creación de artesanías en la Escuela de Artes y Oficios en Teotihuacán.

En esta escuela se impartieron los talleres de tallado de obsidiana, elaboración de piezas en barro y creación de prendas en telar. Entre los pobladores que asistieron a estos talleres se encontraba José Martínez quien aprendió la técnica de labrado, tallado y pulido de la obsidiana. Él pertenece a la primera generación en aprender el labrado y tallado de la obsidiana.

Aproximadamente, en el año 1950 se implementan motores y aparatos para tallar y pulir, traídos directamente de Estados Unidos por Don José. Con este equipo se innova la forma de trabajo en el taller. Lo cual implica que el tallado y pulido de las piezas se realice a través de un sistema de poleas. Actualmente, este motor y la mayoría del equipo aun se encuentra en funcionamiento en nuestro taller en Teotihuacán.

José Martinez enseñó el oficio de tallado y labrado de obsidiana a sus hijos, entre ellos a Nemecio Jorge Martinez. Con el tiempo Nemecio y su esposa Carmen Mendoza deciden formar su propio taller: Mar de Obsidiana. En este taller, realizaban piezas de obsidiana en compañía de sus hijos. Al pasar el tiempo esta tradición también ha sido heredada a sus nietos. Lo que convierte a Mar de Obsidiana un taller con herencia familiar.

Al inicio de Mar de Obsidiana se realizaban los ídolos Mitztli y Tonatiuh, los cuales representan a la Luna y al Sol, respectivamente.

Posteriormente, los hijos de Carmen y Nemecio iniciaron una nueva etapa en la elaboración de artesanías debido que desde muy jóvenes habían aprendido el arte del tallado de la obsidiana. Ellos exploraron las áreas de la joyería, de piezas para masaje y artículos decorativos.

Mar de Obsidiana tiene una tradición artesanal de más de 75 años, lo que nos distingue entre el resto de los tallares como uno de los de mayor antigüedad e importancia en Teotihuacán.

En Mar de Obsidiana consideramos que los artesanos son artistas que plasman sus ideas y sentimientos en cada pieza que crean. La pieza que hoy adquieres es producto de nuestro conocimiento, pasión e ingenio.

¡Gracias por elegir ser parte la familia Mar de Obsidiana!